Financiación Participativa (Crowdfunding) para el Emprendedor o Empresario
Cómo recaudar dinero para cualquier startup, libro, videojuego o proyecto: Aspectos generales
Financiación Participativa (Crowdfunding)
Nota: No confundir con las Plataformas de Crowdinvesting.
La Financiación Participativa (Crowdfunding)
Esta forma de financiación se basa en un principio sencillo: una creación empresarial o artística aumenta sus posibilidades de ser creada o desarrollarse multiplicando sus fuentes de financiación. En este contexto, el propietario del proyecto recurre a una suscripción pública, que generalmente se dirige en primer lugar a su red personal. Juntos, estos contribuyentes permiten financiar y llevar a cabo un proyecto que quizá no habría visto la luz con un método de financiación más tradicional.
La financiación participativa o crowdfunding se utiliza en diversos campos, como la creación artística, el espíritu empresarial, las obras de caridad y el desarrollo social. Desde la década de 1990, gracias a la llegada de Internet, el crowdfunding ha crecido considerablemente. Hoy en día, el crowdfunding es algo más que una solución alternativa: es un mercado por derecho propio, con un peso económico significativo, y por lo tanto requiere un marco jurídico acorde con lo que está en juego.
Antecedentes e historia
Aunque la palabra crowdfunding, derivada del neologismo crowdsourcing, apareció por primera vez a mediados de la década de 2000, el concepto tiene sus orígenes en prácticas que existen desde hace décadas, si no siglos.
El crowdfunding antes del crowdfunding
Una de las primeras operaciones de crowdfunding conocidas se remonta a 1713, cuando el poeta inglés Alexander Pope lanzó una suscripción pública para traducir La Ilíada al inglés. Unas décadas más tarde, Wolfgang Amadeus Mozart adoptó el proceso y, con el objetivo de interpretar sus nuevas obras en Viena, pidió al público que le apoyara económicamente.
En el siglo XIX, la construcción de la Estatua de la Libertad de Nueva York fue financiada en parte por unos pocos mecenas adinerados y casi 120.000 donantes anónimos. Esta enorme colecta de donativos fue iniciada por Joseph Pulitzer, fundador del premio del mismo nombre, que en 1885 apeló a la generosidad del público en las páginas de su periódico, The New York World, recaudando más de 100.000 dólares en donativos en menos de cinco meses.
Otro ejemplo sorprendente de financiación participativa, esta vez en la industria cinematográfica: a finales de los años 50, el director estadounidense John Cassavetes lanzó un llamamiento a los oyentes de una emisora de radio local: "Financie una película que se parezca a usted". Añadió que podría hacer una película totalmente independiente, libre de las limitaciones comerciales impuestas por los estudios, si cada oyente le enviaba un dólar. Al día siguiente, Cassavetes recibió 2.000 billetes de un dólar. En otoño de 1958, comenzó a rodar una película, Sombras, cuyo guión ni siquiera había sido escrito en el momento de la suscripción.
Pioneros en la era de Internet
Fue con la llegada de Internet a mediados de la década de 1990 cuando el crowdfunding comenzó a utilizarse cada vez más, y en menos de dos décadas se ha convertido en un método de financiación muy utilizado.
Algunos precursores desempeñaron un papel importante en esta expansión. En 1997, por iniciativa propia, los fans estadounidenses del grupo de rock inglés Marillion lanzaron una campaña de crowdfunding para que la banda pudiera hacer una gira por Estados Unidos. Se recaudaron 47.000 dólares. La banda se dio cuenta de que era una buena idea y ofreció a los fans la posibilidad de prefinanciar su próximo álbum antes de que se grabara. En 2001, 12.500 fans financiaron el álbum Anoraknophobia a base de donativos. Desde entonces, Marillion ha utilizado este sistema en varias ocasiones para financiar sus álbumes.
"Mientras crecíamos, se burlaban de los que teníamos que poner un guión delante de "estadounidense" por enviar dinero a casa a los primos en el viejo continente o por mantener a los padres ancianos aquí con tarjeta verde. Pero tú solías sacudir la cabeza y contarme cómo, en tu país, nadie metía a sus padres en residencias de ancianos ni dejaba que sus parientes pasaran hambre. Lo mismo sucede entre los amigos queer y trans de color de Sami, me dice, que financian en masa la atención médica y la vivienda en línea, o en los chats de grupo de los que me habla, donde los amigos se ayudan unos a otros a escapar de las crisis de relaciones abusivas o de vivienda con planes de seguridad y sofás para dormir. Nos cuidamos unos a otros porque nadie más lo hará, eh dice. Pero cada vez es una apuesta".
- Zeyn Joukhadar (Los treinta nombres de la noche)
Creado en 2001 y lanzado en 2003 para permitir a los artistas producir álbumes gracias a las donaciones de sus fans, el sitio web estadounidense ArtistShare está considerado como la primera plataforma de crowdfunding. A principios de 2010, unos meses antes de que despegaran en Francia las primeras plataformas de crowdfunding, el productor de cine pornográfico Marc Dorcel lanzó un sistema de suscripción mejorado para financiar el rodaje de su película Mademoiselle de Paris. En setenta y ocho horas se recaudaron 85.000 euros y se inscribieron 600 "coproductores". Las aportaciones más generosas daban derecho a recompensas especiales: acceso al rodaje, producción de una escena o reparto de la recaudación, etc. La operación fue un rotundo éxito mediático y contribuyó a popularizar el principio del crowdfunding.
Tipos y ámbitos de actuación
Desde las primeras utilizaciones del crowdfunding en Internet, el mercado se ha segmentado: cada tipo de crowdfunding tiene sus propias plataformas de Internet y una reglamentación específica. Una característica común a todos los tipos de crowdfunding es que la responsabilidad del proyecto recae en la entidad (persona jurídica o física) que lo presenta a los posibles contribuyentes.
La plataforma proporciona un servicio técnico (marco seguro de pago en línea), apoyo de marketing y algunos consejos prácticos, servicios por los que suele ser remunerada mediante una comisión deducida del importe total recaudado. No obstante, existen diferentes categorías de financiación participativa.
Donación
Una donación consiste en dar a un proyecto, a menudo una asociación, sin ninguna contrapartida. Legalmente, una donación debe ser desinteresada e intemporal. Sin embargo, la asociación o entidad beneficiaria puede hacer un gesto simbólico a cambio, conocido como contra-donación. Se trata de algo a cambio que no tiene un valor comercial directo (una invitación a un preestreno, un acceso VIP o una simple mención en una lista de agradecimientos, por ejemplo). No es un acto de intercambio de valor como la venta o el trueque. Este tipo de financiación participativa es ofrecido en Francia por HelloAsso desde 2013.
Donación de contrapartida o donación por donación
Es el método más corriente. El contribuyente participa en un proyecto a cambio de una contrapartida tangible, a menudo entregada varios meses después de la transacción financiera. Este intercambio es muy similar a una preventa y se asemeja jurídicamente a un acto de venta con intermediario. Contrariamente a lo que sugiere su nombre, no puede equipararse a una donación.
En Europa, Ulule y KissKissBankBank son las plataformas más populares en el segmento de la donación por donación, y son ellas mismas competidoras, basadas en un modelo muy inspirado en Kickstarter, el líder mundial que apareció en 2009 y se convirtió rápidamente en el actor más importante en el campo del crowdfunding. Estas dos plataformas son especialmente activas en los ámbitos de la cultura (música, edición, cine, etc.) y el ocio comunitario (juegos de mesa, videojuegos).
Préstamos a empresas
Un préstamo empresarial, o crowdlending, es una forma de préstamo concedido por particulares a empresas con un plan de negocio con posibilidades de perdurar. El reembolso suele programarse a lo largo de un periodo de al menos cinco años. El riesgo asociado es que la empresa prestataria incumpla el reembolso, aunque algunos proveedores de pagos en línea contribuirán al reembolso en caso de incumplimiento. Este tipo de servicio fue creado en Francia en 2013 por Unilend.
Financiación participativa
El equity crowdfunding permite a los inversores tomar una participación en el capital de las empresas financiadas y recibir una recompensa financiera a través de dividendos y posibles plusvalías. Los inversores se convierten así en accionistas. Al igual que las redes de inversores informales, las plataformas de financiación participativa ofrecen a los inversores un acceso fácil a las PYME que no cotizan en bolsa. Su principal ventaja es la capacidad de recaudar fondos con gran rapidez. Pueden posicionarse como complemento de otros canales de financiación. En Francia, este mercado está ocupado especialmente por Anaxago, WiSEED, Happy Capital, Raizers y SmartAngels (reposicionada en 2018 en una actividad de asesoramiento).
Producción comunitaria
La producción comunitaria es un modelo híbrido entre la donación por donación y el crowdfunding de capital: los contribuyentes son a la vez coproductores y precompradores. Reciben un incentivo en forma de un canon sobre los ingresos futuros y una compensación no financiera vinculada al proyecto. Pero no son accionistas de la empresa creada.
Este modo de funcionamiento fue popularizado en Francia por My Major Company, precursor del mercado del crowdfunding en general, antes de especializarse en la donación por donación, más transparente desde el punto de vista comercial y más estable desde el punto de vista jurídico.
Suscripción
El principio de la suscripción periódica, en forma de contribución gratuita y recurrente, es utilizado principalmente por los productores de contenidos editoriales, que pueden ofrecer a sus colaboradores algo a cambio a intervalos constantes. A cambio de una garantía de contenido, los suscriptores pagan cada mes una determinada cantidad de dinero al promotor del proyecto. Esta suscripción colectiva financia la creación regular de nuevos contenidos, lo que permite al promotor del proyecto seguir en activo. Este tipo de financiación es especialmente popular entre las personalidades de Internet ("youtubers"), para quienes puede ser la principal fuente de ingresos.
En Francia, este principio se ha desarrollado con la plataforma Tipeee, creada por los antiguos directivos de My Major Company, e inspirada a su vez en la plataforma inglesa Patreon.
Kitty
Aunque no está directamente asociado a la idea de proyecto, y menos aún a la de contrapartida, el kitty (gatito, en inglés) se ha desarrollado ampliamente en la década de 2010, siguiendo la estela de las plataformas de crowdfunding. En este tipo de financiación participativa, el objetivo es recaudar el mayor número posible de contribuciones, ya sea para uno mismo o en nombre de un tercero, sin un objetivo de financiación establecido. Estos proyectos de recaudación de fondos pueden estar vinculados a un acontecimiento actual que no implique la creación de una actividad económica o artística, como un evento personal. En Francia, este tipo de recaudación de fondos fue lanzado por la plataforma Leetchi en 2009.
Impulsores y motivaciones: una forma de compromiso adaptada al siglo XXI
Por definición, el crowdfunding está abierto a todos: cualquier persona mayor de 18 años puede proponer un proyecto para recaudar dinero a través de la financiación participativa, y cualquiera puede participar. No existe una tipología exhaustiva de propietarios de proyectos, y menos aún de contribuyentes. No obstante, los artistas y los empresarios constituyen una proporción significativa. El crowdfunding, como medio alternativo de financiación, es para ellos una forma de llevar su proyecto a buen puerto sin tener que ajustarse a las necesidades restrictivas del mercado, ya sea la industria cultural o las normas de financiación empresarial. Para algunos contribuyentes, es una motivación en sí misma ayudar a quienes tienen proyectos que "no encontrarían financiación en otra parte", y una forma de eludir el sistema tradicional en un espíritu de solidaridad colectiva.
A ambos lados de la transacción de crowdfunding, es la idea de proximidad - la ausencia o reducción del número de intermediarios - lo que explica el fenómeno. Este método de financiación responde al espíritu de una cadena de suministro corta, que también resulta atractiva por razones éticas.
El atractivo de la novedad, el aspecto lúdico de la transacción y su distribución a un número limitado de personas también pueden motivar a los contribuyentes. En este contexto, poder asistir a un preestreno o beneficiarse de una de las numerosas exclusividades propias de las campañas de crowdfunding son motores de las aportaciones, sobre todo en el ámbito artístico. Los contribuyentes lo ven como una acción gratificante. Desarrollan un sentimiento de pertenencia a una comunidad que justifica un fuerte apoyo a un proyecto, una causa o un objetivo que va mucho más allá de la transacción en sí.
El crowdfunding también se ha desarrollado en el ámbito de la solidaridad y la beneficencia, donde varias asociaciones están sustituyendo la recaudación de fondos tradicional por el crowdfunding.
En términos de desarrollo local, el crowdfunding se ha convertido en una palanca importante para el crecimiento económico y la revitalización de las zonas locales, ofreciendo a los minoristas independientes, artesanos y asociaciones de vecinos un medio de sostenibilidad financiera frente a la presión de las franquicias y el aumento de los alquileres. Las iniciativas con un impacto económico o social local, como los agricultores eco-responsables o los empresarios dedicados a las energías renovables, constituyen la mayoría de los proyectos apoyados por Bulb in Town, una plataforma lanzada en 2013 y rebautizada posteriormente como Tudigo, o por Pulsss, una plataforma de crowdfunding solidario que trabaja con actores locales para crear vínculos sociales y empleos.
La financiación participativa y el desarrollo sostenible se basan en los mismos valores de trazabilidad y proximidad. En Francia, la Estrategia Nacional para la Transición Ecológica hacia un Desarrollo Sostenible (SNTEDD) de febrero de 2015 anunció la creación de una etiqueta: "Financiación participativa para un crecimiento verde", destinada en particular a garantizar una verdadera calidad medioambiental de los proyectos. Desde el 1 de julio de 2016, la Ley de Transición Energética concede ventajas a las empresas que desarrollen proyectos de energías renovables y que impliquen a los particulares y a las autoridades locales cercanas a sus instalaciones, ya sea directamente o a través de profesionales de la financiación participativa. En 2017, los proyectos de instalaciones fotovoltaicas se benefician de una bonificación de 3 euros por megavatio por encima de la tarifa regulada si más de veinte particulares participan en la financiación del proyecto o si representan el 40% del capital. 100% del capital. Ese mismo año, doce plataformas fueron autorizadas a aprobar proyectos de "Financiación participativa para el crecimiento verde".
Economía y marcos jurídicos
El desarrollo del crowdfunding va acompañado de una creciente regulación. Aunque su tamaño sigue siendo modesto, este mercado representa una parte cada vez más importante de la economía nacional y atrae la atención de las autoridades fiscales en particular.
Peso económico
En 2018, las finanzas alternativas en su conjunto representaron más de 1.400 millones de euros en el mercado francés. Desde la primera publicación del Barómetro del Crowdfunding en 2013 por la asociación Financement Participatif France, la recaudación de fondos de particulares en Francia se ha multiplicado por más de once (de 36 millones de euros a 402 millones de euros en 2018) y el número de proyectos financiados se ha elevado a más de 33.000. La financiación participativa a través de la "donación contra donación" (o donación simple) representa una gran parte de esta cantidad en términos de número de campañas (el 84% de las campañas lanzadas en 2018).
Más de 1,5 millones de personas en Francia han participado en al menos una campaña de financiación participativa, y el 56% de la población conoce la existencia de la financiación participativa. El 100% de la población conoce la existencia y el principio de esta técnica. Sin embargo, en términos de volumen de negocio, es la financiación de empresas la que registra el crecimiento más impresionante; como su cesta media es mucho mayor, representa la mayor parte de los fondos recaudados en 2018 (273 millones de euros, es decir, casi el 68%.) El 100% de los fondos captados proceden de particulares).
"La descentralización de las finanzas es realmente buena para la humanidad y, en última instancia, es una victoria para todos y cada uno de nosotros. Porque ahora que podemos eludir los bancos, las bolsas y las empresas de corretaje utilizando contratos inteligentes en la blockchain... cada persona, cada familia y cada empresa experimentarán más libertad, más oportunidades, más abundancia, más poder y más riqueza. Esto da paso a más oportunidades en torno al bienestar financiero, la inversión en permacultura, una financiación colectiva más eficaz, mejores acuerdos de propiedad y equidad, y mucho más."
- Hendrith Vanlon Smith Jr.
En el equity crowdfunding, siguiendo la lógica de los círculos en torno al propietario del proyecto ("Family, Friends, Fans, Fools"), los contribuyentes forman parte de la red ampliada del empresario, potencialmente atraídos por el concepto de love money. Además, al igual que en el caso de una inversión tradicional en una PYME, los residentes franceses pueden deducir fiscalmente su inversión en financiación participativa; este incentivo también existe en el caso de una inversión tradicional en una PYME.
Normativa en construcción
El entorno legislativo y reglamentario relativo al crowdfunding es operativo en Francia desde la entrada en vigor de la Orden de mayo de 2014, que creó los estatutos de asesor de crowdfunding y de intermediario de crowdfunding. Esta orden puso así fin formalmente al monopolio de los bancos en la distribución de créditos.
En Estados Unidos, el crowdfunding ya había sido objeto de una ley: la Jumpstart Our Business Startups Act (JOBS Act), aprobada el 5 de abril de 2012, distingue entre el crowdfunding con fines benéficos y el crowdfunding con un retorno potencial de la inversión.
“Un estado red es una red social con una innovación moral, un sentido de conciencia nacional, un fundador reconocido, una capacidad de acción colectiva, un nivel de civismo en persona, una criptodivisa integrada, un gobierno consensuado limitado por un contrato social inteligente, un archipiélago de territorios físicos financiados por crowdfunding, un capital virtual y un censo en cadena que demuestre una población, unos ingresos y una huella inmobiliaria lo suficientemente grandes como para alcanzar una medida de reconocimiento diplomático”
– Balaji S. Srinivasan (El Estado en red: cómo crear un nuevo país)
Desde el 18 de septiembre de 2014, las plataformas de equity crowdfunding deben tener la condición de Asesor de Inversiones Participativas (CIP), otorgada por la Autorité des marchés financiers (AMF), y deben estar registradas en ORIAS (Organisme pour le registre unique des intermédiaires en assurance, banque et finance). Desde finales de 2014, la legislación francesa también obliga a los intermediarios a mostrar trimestralmente las tasas de impago de los prestatarios.
En el caso del crowdlending, los prestamistas individuales están limitados (desde el 31 de octubre de 2016) a una financiación de 2.000 euros por proyecto para los préstamos con intereses, o de 5.000 euros para los préstamos participativos sin intereses. Un propietario de proyecto sólo puede pedir prestado un máximo de 1 millón de euros por proyecto financiado mediante préstamo, posiblemente utilizando varias plataformas.
Como estos préstamos no son créditos al consumo, no se benefician de la normativa asociada. El tipo de interés debe ser fijo. Se establece en el contrato entre el propietario del proyecto y cada prestamista, y no puede superar el tipo de usura. El plazo de amortización de un préstamo con intereses no debe superar los 7 años. El prestatario es directamente responsable de los reembolsos ante los prestamistas.
Por último, la financiación participativa en forma de donaciones (con o sin contrapartida) no está sujeta a ningún marco reglamentario particular. No existe un límite máximo para el importe de la financiación. Sin embargo, las plataformas deben respetar las normas generales establecidas en el Código del Consumidor, en particular en lo que se refiere a informar a los donantes de los gastos que se cobran en el momento de la donación.
En 2014, una idea completamente rocambolesca empañó la credibilidad del crowdfunding: por burla, el propietario de un proyecto lo publicó en Kickstarter con el objetivo de preparar ensalada de patata. La campaña batió récords de participación y recaudó más de 55.000 dólares. Lo absurdo del proyecto puso de relieve los posibles escollos del crowdfunding y estimuló un debate entre partidarios y detractores de este nuevo método de financiación.
A nivel europeo, hay un amplio Reglamento en esta materia, referente a empresas.
Perspectivas
El crowdfunding se ha desarrollado muy rápidamente en la década de 2010. En pocos años, ha pasado de ser una nueva tendencia social a un controvertido fenómeno de moda, antes de convertirse en un elemento habitual de la economía cultural y empresarial. La realidad de este mercado es ya demasiado vasta y variada para permitir cualquier intento de clasificación que no siga una lógica de segmento por campo de actividad.
Como producto puro de Internet, el término crowdfunding podría ver cómo su uso se vuelve más preciso a medida que evolucionan los numerosos métodos de utilización, las normativas y los sectores de actividad afectados. Es razonable pensar que la noción de financiación participativa debe su coherencia y unidad a su reciente aparición, pero que bastarán algunos años más de retrospectiva para que cualquier intento de enfoque global resulte inadecuado.
Crees que tiene futuro el crowfunding como alternativa a los préstamos bancarios?
Autofinanciación: Cómo ser su propio banquero
Autofinanciación: Ser el Banquero de Uno Mismo Una empresa puede financiarse de dos maneras: recurriendo a capital externo, es decir, ahorros o préstamos bancarios; o utilizando los recursos excedentarios generados por su actividad, lo que se denomina autofinanciación. Los problemas que plantea la autofinanciación se refieren en primer lugar a su definición. No existe una definición jurídica ni contable de la autofinanciación. Generalmente se mide de forma indirecta, como beneficios no distribuidos. Por último, la elección de la autofinanciación es una decisión compleja, ya que está vinculada, por una parte, a la política de reparto de dividendos y, por otra, a la política de endeudamiento, es decir, a la búsqueda de la estructura óptima de capital.
Considero que este texto es muy revelador sobre la evolución y la importancia de la autofinanciación y el crowdfunding. Me parece fascinante cómo estos métodos han democratizado el acceso a la financiación, permitiendo que proyectos creativos y empresariales puedan ver la luz sin depender de las fuentes tradicionales. La historia del crowdfunding, desde sus orígenes hasta su expansión con Internet, demuestra su eficacia y adaptabilidad. Además, la diversificación en los tipos de crowdfunding y su impacto en proyectos locales y sostenibles resalta una tendencia hacia una economía más inclusiva y participativa. Este enfoque no solo empodera a los individuos, sino que también fomenta la innovación y el desarrollo comunitario.
Mucho texto 💀